Esta bitácora es un sencillo reflejo de ideas, reflexiones y experiencias

viernes, 13 de abril de 2012

MUDANZA DE UN CARACOL

Ahora que ya me siento de nuevo en mi CASA puedo analizar las emociones que he tenido estos días de mudanza. Tenía una sensación de estrés e intranquilidad que no compartía, Pablo, la persona que me acompaña en la vida. Me he dado cuenta de que para mí (y para mi tranquilidad mental) el espacio en el que vivo es muy importante.

Esta sensación ya la tuve hace tiempo cuando vivía en otra casa y una vecina me amenazó con tirarme por las escaleras. Hubo una confusión ya que ella pensaba que tenía la tele a todo volumen pero yo ni siquiera tenía este aparato en casa. Al final se aclaró todo, pero tener esta experiencia en mi propia casa me produjo una sensación de vulnerabilidad, indefensión y miedo muy profunda, es como si las paredes de la casa fueran como tu propia carcasa y te sintieras amenazado cuando estas peligran. Lo que me afectó tanto en aquella ocasión no fue la amenaza sino el lugar en el que se produjo.

Algunas personas no tienen este apego a su espacio y pueden vivir durante meses en cualquier lado, quiero decir personas que eligen este modo de vida voluntariamente. Supongo que esas personas son más libres e independientes, está claro que yo tengo mis limitaciones pero creo que puedo convivir con ellas felizmente, incluso naturalmente, como un caracol.

Un caracol avanza lento pero seguro y puede resguardarse fácilmente cuando vienen los problemas. También es cierto que se perderá algunas experiencias ya que no está tan expuesto a los acontecimientos.

En cualquier caso, en estos momentos, desde la tranquilidad del hogar, ¡me gusta ser un caracol!