Esta bitácora es un sencillo reflejo de ideas, reflexiones y experiencias

martes, 1 de marzo de 2011

SOLTAR UN LIBRO

El otro día mi madre me dió un libro que había encontrado en la calle, en la parte de atrás aparecía el nombre de la persona que lo había leído previamente. El libro en cuestión es "Riña de gatos" de Eduardo Mendoza, una edición de tapa dura, no tengo mucho que decir sobre su lectura era entretenido pero creo que no está muy conseguida la novela inmersa en tantos hechos históricos un poco inconexos.

El caso es que evidentemente deseo devolverlo a donde vino, aunque la novela no sea la octava maravilla no me gustaría que acabara en la basura por lo que estoy meditando mucho dónde dejarlo. Un banco es el sitio ideal porque allí se sienta alguien y puede ver que el libro no se lo ha dejado nadie olvidado sino que está allí depositado. Sobre esto último me han aconsejado dar una explicación en un post.it por si la persona no sabe que esto es una práctica relativamente habitual.

Antes de verano ya me encontré otro libro, "Vacaciones en Roma" de Odette Ferry, pero el caso era distinto porque no había ningún nombre escrito, probablemente sí fue un olvido. No recuerdo donde lo encontré pero lo leí en un trayecto de autobús a Donostia y lo dejé allí, en una plaza. El libro que tengo ahora entre manos parece que alguien lo ha comprado con la intención de que sea un libro que va de mano en mano y no quiero ser yo la responsable de impedirlo.

Veremos en qué acaba la cosa...

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